Creía que eras todo lo que necesitaba, pero en el mismo momento en el que decidiste marcharte de mi vida me di cuenta de que no, que las cosas no siempre son como crees, que yo no era tu vida entera, pero que tú tampoco eras la mía.
Cuando te fuiste, de lo que me di cuenta es de que necesitaba a Coldplay o Simple Plan sonando a todo volumen. Y para ayudar a desahogarme, lo único que necesitaba era cantar y escribir.
Cuando te fuiste, pensé que lloraría a mares, por eso que dicen de que nos queríamos, pero a duras penas derramé dos lágrimas. La razón aún no la he encontrado, lo único que sé es que no siento nada por dentro, mada por ti, ni por nosotros, ni por lo que pudo llegar a ser, de hecho ni siquiera entiendo porque lo sentía antes.
Cuando te fuiste, sinceramente pensé que volverías, pero no lo hiciste, no vuelves, pero he asimilado que no volverás nunca.
Ahora que te has ido, que estás con ella y se te ve feliz, solo puedo alegrarme por ti, solo me he dado cuenta de que tu no estabas hecho para mi ni yo para ti.
Ahora que te has ido, he dejado de sonreír al oír tu nombre, he aprendido a mirar la vida con otros ojos y dejar atrás el pasado.
Ahora que te has ido, me toca a mi disfrutar de la vida, disfrutar de las agradables notas de música, y reír con mi familia y amigos.
Ahora que te has ido, ambos estamos felices, a penas hay preocupaciones, todo está tranquilo.
Ahora que te has ido, solo queda cubrir el espacio que has dejado, todas esas noches en vela y risas de madrugada, las llenaré de tranquilidad y risas a todas horas.
Ya que te has ido, y yo te he dejado ir, podemos comprender que no eras lo más importante para mi, ni yo para ti. Podemos comprender, que podemos ser felices sin el otro, y que en el momento en el que la melancolía nos ataque, solo tendremos que subir el volumen de nuestra canción favorita.
Pensé que lo eras todo, y resulta que todo es nada. Pero la nada fue todo alguna vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario