sábado, 23 de febrero de 2013

Pequeña libélula.

Hablar durante horas, tu borde, yo intentando sacar algún tipo de conversación,  decir algo divertido, intentar que fuera como siempre, pero nada parece dar resultado. Intento sacarte una sonrisa con cosas que solías decirme, o con cualquier tontería que se me pasa por la cabeza.
Paso la tarde pensando en como hacer para que todo vuelva a estar como siempre, pero estoy completamente en blanco.  Más tarde recuerdo como eras tú el único que me hacía reir cuando realmente no existía ni una sola razón para hacerlo, recuerdo desde el primer día, ese en el que me hiciste morir de vergüenza,  y todas esas veces que daría lo que fuera por salir ya de clase para poder hablar contigo,  cuando me ponías nerviosa, llegué a ilusionarme mucho contigo y yo suelo intentar no hacerlo, pero es que no eras como los demás, no eras de estos que empiezan a hablarte diciéndote lo guapa que eres o cualquier tontería,  tú eras de los que hablan como si nos conocieramos de siempre, con plena confianza, diciendo las verdades y la verdad, eso enamora.
De repente, todo cambió,  no hay nada que yo pudiera hacer mejor, nada de lo que realmente me arrepienta, no dije nada malo. Ahora sólo me hablas cuando yo te hablo, ya no hay más risas y por mucho que me moleste admitirlo yo estoy cansandome de intentar algo que nunca dará resultado. Sé que has encontrado a otra, o eso me han dicho, pero recuerdo que un día me dijiste que si no quisieras nada con una chica y ella piensa que si, o antes le habías dicho que si, se lo dirías, la verdad es que yo prefiero que me lo digas, así acabrías todo, pondrías un punto y final, hablaríamos como amigos, sin miedo, a falsas ilusiones.

Lo que más me duele es que al decirte que buenas noches, me preguntes si ya no te quiero,  a lo que contesté que yo te querré siempre,  y tuviste el valor de decirme que puede ser que te quiera siempre, pero que ya no te quiero como antes.  No es que yo no te quiera como antes, es que no mereces mi amor, no mereces nada más que que te hagan sufrir como me hiciste tu a mi, correcto, mereces que te ilusionen como a un imbécil y luego te dejen caer al vacío sin saber en que momento exacto vas a estamparte con el suelo y sufrir como estoy sufriendo yo, realmente me gustaría verte en esa situación, pero la gran diferencia entre tú y yo es que soy de las que siempre hecha una mano, porque soy incapaz de ver a la gente sufrir,  así que yo te ayudaría, sería una buena amiga, sería de esas personas en las que te podrías apoyar siempre,  pero la auténtica diferencia es que yo nunca te dejaría caer al vacío,  la única razón es que yo te quiero,  aunque intente odiarte, siento que si te quiero solo estoy haciéndome daño, por eso intento odiarte,  el problema es que no lo conseguiré nunca.

Pero como tú solías decir, "Es lo que hay" me aguanto y sonrío, porque lo único que tengo claro ahora mismo es que nadie, y menos alguien que no se preocupa ya por mi, y que apenas muenstra interés en lo que hace a la gente, va a hacer que esté triste ni mucho menos. Debe de verme con una sonrisa incluso más grande que la que tenía cuando pensaba en él.

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