Pero lo que dudo que sepas, es que mi memoria no falla, y recuerdo cada caricia, cada momento en el que moría de cosquillas, cada estúpido beso, y cada maldita sonrisa, recuerdo cada milisegundo de lo que pasó, pero lo recuerdo cada vez que escucho tu nombre, y la cosa, es que cada vez que lo hago sonrío, y aunque no quiera hacerlo, siento unas mariposillas en el estómago, y se me eriza la piel.
Tengo ganas de gritar, pero no de emoción, ni de rabia, quiero gritar por el simple hecho de echar fuera de mi todos los recuerdos, y que esas mariposillas que residen en mi estómago se asusten y se vayan volando. Quiero por una vez, no hacerme ilusiones, pero es algo automático en mi. Quiero, que si te vas, vuelvas, pero no me hagas daño de nuevo. Quiero que los dos sonriamos uno al otro de nuevo. Quiero otro abrazo. Tengo ganas de otra sonrisa. Y, sinceramente, muero por otro beso.
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