Fue entonces cuando te vi juntando los labios con aquella chica, abrazándola, y susurrándole cosas al oído, no pude evitarlo, en cuanto me di cuenta el pitillo estaba de nuevo en mi boca, porque al parecer tu ya no estabas en ella, y el humo se deslizaba y esfumaba en el aire. Las lágrimas caían una y otra vez, de forma desenfrenada, pero, lo peor, no fue eso, fue darme cuenta, que mi mal vicio, no era el tabaco, eras tú, porque quizás el tabaco me destrozara los pulmones, y el alcohol el hígado, pero tú me destrozaste el corazón, por milésima vez.
Y sí, puede ser que yo rompiera mi promesa de dejar el tabaco, pero tú rompiste la tuya, esa de que no habría nada que nos separara, y míranos ahora, yo comprando una cajetilla de Lucky Strike, y tu con ella y sin mi.
Las cosas no cambian, porque nosotros no cambiamos, y mientras yo siga loca por tu desorden, tu desorden seguirá sin aceptarme a mi.
Lo duro es que, sin quererlo, rompo todo lo que toco, palo tras palo, y así.. Pasar de un extremo al otro en apenas un día pero como se suele decir "No se deja de querer a alguien de la noche a la mañana, si pasa es porque no se quiere de verdad". Aunque después de cuatro años, de idas y venidas, de secretos, de problemas y mas problemas, brindis, risas, paseos, cigarros en portales, y charlas nocturnas, pensé que sí que me querías, de verdad que lo pensé, supongo que soy ilusa, ingenua e irracional al pensar que nunca te irías.
Solo puedo pensar que para qué me serviría quedarme, cuando eres tú el que siempre sale "ganando" si se puede decir de alguna forma, y yo hundida, como el Titanic, que en su primer viaje, terminó sepultado por millones de litros de agua.
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