Dicen que el pasado siempre acaba regresando, aunque yo nunca lo creí del todo. Bueno, lo de "nunca" es relativo, porque cuando vi tu cara, lo primero que pensé fue en tirarme a tus brazos. Y como si hablásemos de veces que respiramos, las puestas al día iban pasando sin darnos cuenta, los pitillos entre horas y demás, y en lo único que podía pensar, era en que había retrocedido cuatro años en mi vida, y sinceramente, me vi tan colgada en tu sonrisa como la primera vez que la vi.
Pero por alguna extraña razón, después de tanto tiempo, terminan en tu memoria los buenos recuerdos, nada de lágrimas, ni dolor, y todo esto lo piesnas mientras ambos reís recordando cómo os conocisteis, o incluso de cuánto os queríais y lo poco que lo supisteis aprovechar, lo rápido que pasa el tiempo y al mismo tiempo lo poco que parece que habéis cambiado.
Entonces el pasado vuelve, y se agradecen los besos y abrazos del pasado, de quien realmente te conoce hasta el último milímetro. Y es ahí cuando agradeces al destino, o lo que quiera que sea que ha hecho que os encontraseis, por traerte un poco de felicidad después de tantas malas rachas.
sábado, 2 de mayo de 2015
miércoles, 1 de abril de 2015
Bad habits.
Me hiciste prometer que dejaría el mal vicio de fumar, y lo hice mientras seguiste a mi lado, pero poco tardaste en marcharte, sin decir ni una mísera palabra.
Fue entonces cuando te vi juntando los labios con aquella chica, abrazándola, y susurrándole cosas al oído, no pude evitarlo, en cuanto me di cuenta el pitillo estaba de nuevo en mi boca, porque al parecer tu ya no estabas en ella, y el humo se deslizaba y esfumaba en el aire. Las lágrimas caían una y otra vez, de forma desenfrenada, pero, lo peor, no fue eso, fue darme cuenta, que mi mal vicio, no era el tabaco, eras tú, porque quizás el tabaco me destrozara los pulmones, y el alcohol el hígado, pero tú me destrozaste el corazón, por milésima vez.
Y sí, puede ser que yo rompiera mi promesa de dejar el tabaco, pero tú rompiste la tuya, esa de que no habría nada que nos separara, y míranos ahora, yo comprando una cajetilla de Lucky Strike, y tu con ella y sin mi.
Las cosas no cambian, porque nosotros no cambiamos, y mientras yo siga loca por tu desorden, tu desorden seguirá sin aceptarme a mi.
Lo duro es que, sin quererlo, rompo todo lo que toco, palo tras palo, y así.. Pasar de un extremo al otro en apenas un día pero como se suele decir "No se deja de querer a alguien de la noche a la mañana, si pasa es porque no se quiere de verdad". Aunque después de cuatro años, de idas y venidas, de secretos, de problemas y mas problemas, brindis, risas, paseos, cigarros en portales, y charlas nocturnas, pensé que sí que me querías, de verdad que lo pensé, supongo que soy ilusa, ingenua e irracional al pensar que nunca te irías.
Solo puedo pensar que para qué me serviría quedarme, cuando eres tú el que siempre sale "ganando" si se puede decir de alguna forma, y yo hundida, como el Titanic, que en su primer viaje, terminó sepultado por millones de litros de agua.
Fue entonces cuando te vi juntando los labios con aquella chica, abrazándola, y susurrándole cosas al oído, no pude evitarlo, en cuanto me di cuenta el pitillo estaba de nuevo en mi boca, porque al parecer tu ya no estabas en ella, y el humo se deslizaba y esfumaba en el aire. Las lágrimas caían una y otra vez, de forma desenfrenada, pero, lo peor, no fue eso, fue darme cuenta, que mi mal vicio, no era el tabaco, eras tú, porque quizás el tabaco me destrozara los pulmones, y el alcohol el hígado, pero tú me destrozaste el corazón, por milésima vez.
Y sí, puede ser que yo rompiera mi promesa de dejar el tabaco, pero tú rompiste la tuya, esa de que no habría nada que nos separara, y míranos ahora, yo comprando una cajetilla de Lucky Strike, y tu con ella y sin mi.
Las cosas no cambian, porque nosotros no cambiamos, y mientras yo siga loca por tu desorden, tu desorden seguirá sin aceptarme a mi.
Lo duro es que, sin quererlo, rompo todo lo que toco, palo tras palo, y así.. Pasar de un extremo al otro en apenas un día pero como se suele decir "No se deja de querer a alguien de la noche a la mañana, si pasa es porque no se quiere de verdad". Aunque después de cuatro años, de idas y venidas, de secretos, de problemas y mas problemas, brindis, risas, paseos, cigarros en portales, y charlas nocturnas, pensé que sí que me querías, de verdad que lo pensé, supongo que soy ilusa, ingenua e irracional al pensar que nunca te irías.
Solo puedo pensar que para qué me serviría quedarme, cuando eres tú el que siempre sale "ganando" si se puede decir de alguna forma, y yo hundida, como el Titanic, que en su primer viaje, terminó sepultado por millones de litros de agua.
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