viernes, 25 de abril de 2014

Autodestrucción.

De nuevo he vuelto a caer en la tentación de abrir el cajón de los recuerdos, de nuestros recuerdos. (Dichoso subconsciente, que ya no sabe que más hacer para que continúe recordándote.)
No me ha hecho falta más de un minuto para saber que te echaré de menos, o para sonreír pensando en los buenos ratos que pasamos. 
No me han hecho falta ni dos minutos para encender un cigarro y coger la botella de ginebra, asomarme a la ventana y volver a pensar en ti. Que puedo parecer una persona fuerte, seca, decidida, sin dudas, de esas que saben lo que quieren, pero en realidad no lo soy, y tú lo sabías mejor que nadie. Y sabes qué ? antes de los tres minutos, estaban ya las lágrimas recorriendo mis mejillas, por ese camino que han recorrido tantas veces. Realmente conocías todos y cada uno de mis puntos débiles, sabías que tú eras uno de ellos (supongo que todavía lo sigues siendo, tampoco ha habido tiempo, y ni siquiera he tomado la decisión de querer olvidarte, de hecho, no estoy segura de que pueda hacerlo) Y aún así te fuiste, o me dejaste ir, como prefieras verlo, con una despedida corta, alegando que realmente me querías, y que lo sentías, pero que estabas enamorado de otra chica. Creí que podría funcionar por una vez, que podías llegar a quererme de verdad. A los cinco, o diez minutos, mi mente comenzó a proyectar recuerdos, rápidos y concisos, que quizás no habían pasado los días suficientes como para olvidarlo, para olvidarte y realmente no podía aguantar más las ganas de escuchar tu voz, entonces marqué tu número de teléfono. Un pitido, dos, tres y cuelgo. Con los ojos llenos de lágrimas de nuevo, abro ese último mensaje "Deberíamos hablar, creo que tendría que haberte dicho esto hace unos días, y me arrepiento de no haberlo hecho, pero he conocido a otra chica, en principio no quería hablar con ella, pero a medida que pasaban los días, me gustaba más y más, y realmente no sabía que hacer, porque en verdad te quiero, supongo que decir esto me jode bastante, porque realmente es una putada para los dos, pero creo que deberíamos dejar lo nuestro a un lado, ya sabes que me encantaría seguir hablando contigo, porque el que fue importante lo va a seguir siendo, pero comprendería que no quisieras volver a hablarme más. Llegué a sentir mucho por ti. Espero verte pronto."
Y continúo llorando, sabiendo que te has ido para siempre, que ya no volverás a preguntarme como estoy, y como me va todo, que esta vez se ha estropeado de veras. Ya  no me queda más alcohol en casa, y todavía hay muchas cosas dentro de mi que necesito que se mueran. 

O siempre podrías volver, que por si no te ha quedado claro yo te quiero, y te voy a seguir queriendo, no quiero olvidarte, no quiero olvidar a alguien que realmente me ha hecho feliz, ni los recuerdos. Porque a pesar de los malos ratos, de lo jodida que es la vida, y de cada lágrima, has conseguido llegar a formar parte de mi. Que tanto alcohol no es bueno, y que puede que mi hígado esté jodidamente estropeado, pero mi corazón quiere de verdad, pero ahora está hecho trizas.

Sabes que siempre seré tuya, dudo que haga falta que lo remita al final de cada carta.

corazón


¿Recuerdas aquellas escaleras donde estuvimos sentados toda una noche, hablando, de todo y de nada?, de cuando me agarraste la barbilla y me dijiste que me querías, y que nunca me dejarías ir. Que ilusa, yo que me lo creí, que creí cada palabra que decías, yo que me quedaba mirándote, observando cada milímetro de ti, yo que te agarraba la mano y te besaba, y me besabas, una vez, y otra más. Yo que te quería y te quería.
Por  cada 'estás preciosa' o cada 'no te apampes' joder, que nadie te miraba como lo hacía él, nadie te hacía tener ganas de más y más cada vez que estabais juntos, hacía mucho que nadie conseguía hacerte sentir cosquillas en el estómago. No, a lo mejor hacer el amor, nunca lo habíamos hecho, pero lo de hacer la guerra se nos daba genial, también se le daba bien hacerme reír, llorar de la risa, pero sabía que era lo único que realmente quería, sabía de pies a cabeza que había llegado a necesitarle hasta tal punto que dolía, que no podía estar sin él. Por los tirones de cuello, los masajes prometidos que nunca me diste, cada vez que me dabas la mano, y cada vez que decías un chiste malo, cada tontería, y cada beso. Y por todo eso te echaré de menos, y digo echaré, porque en un día solo da tiempo a llorar, porque me has dejado ir, pero en unos días notaré tu falta. Y te di mi cariño, que era lo único que podía darte, porque no tenía más, te dije mil veces que no te diría que eres mi vida, porque vales mas que ese desafortunado desorden como tanta gente dice, te dije que te quería, de verdad, y aún así me dejaste ir, cuando yo lo único que quería era que destrozaras mi rutina, que la hicieras tuya. Que me hicieras tuya. Siempre quedarán los recuerdos.
Siempre tuya.