viernes, 27 de septiembre de 2013

Everything changes .

Últimamente pienso mucho, he estado pensando en ti, en mi, en ese "casi nosotros" que había. Y sin hacer otra cosa que darle vueltas a todo y a nada, a las risas y a los llantos, sin hacer nada más que ver, si las sonrisas compensaban a las lágrimas, si los momentos de no poder respirar de la risa compensaban las fuertes discursiones.Y así, solo pensando, y dándole vueltas y más vueltas, llegué a la conclusión de que no solo estaba engañándome a mi si no que también te estaba engañando a ti.

 Recordé como me gustaba que me hicieras rabiar, y que te metieras conmigo, también, que me encantaba que vinieras en moto, aunque fuera a estar conmigo cinco minutos escasos, todas esas noches en vela hablando, los días que hablábamos por skype (sí, aún me acuerdo de como me hacías reír cuando cantabas),¡  y cómo olvidarme de tus amigos !. Me encantaba verte, que te rieras conmigo, me encantaban incluso los silencios, y como, solo tú conseguías hacer que me sonrojara en menos de dos segundos. Me encantaba que me dijeras que me amabas, o cuando decías que ibas a estar ahí cuando tuviera algún problema, toda esa tranquilidad y confianza que me dabas. La forma que tenías de consolarme y de hacerme creer que todo iría bien.

Pero me di cuenta, de que odiaba que te metieras conmigo continuamente haciéndome rabiar y sacando continuamente todos mis defectos, ya no soportaba más el estruendoso ruido de tu moto acercándose a mi casa, o todos esos días que llegaba a  clases con unas ojeras criminales por haber pasado toda la noche hablando contigo, dios, ¿Y lo mal que cantabas? madre mía.  Me he dado cuenta, que todo lo que alguna vez me ha encantado, ya no me agrada nada.




domingo, 22 de septiembre de 2013

Ahora

En este momento de nostalgia y necesidad. En este momento, era el momento del que habíamos hablado tantas veces, el momento en el que yo te necesitaría más que nunca y tú ya no estarías ahí. "Aunque estemos distanciados, si me necesitas estaré ahí. Te lo prometo" repetías una y otra vez mientras iban pasando los días. Y ahora, no estás. Has incumplido tu promesa, como otras tantas.

Ahora que necesito hablar, que necesito descargar todas mis preocupaciones, que necesito un abrazo, o no sé, quizá sentarme contigo y que me abraces, no estás, ahora, que necesito, aunque sea una mirada, de esas que dicen "No te preocupes, pequeña, todo saldrá bien." Ahora, que lo único que quiero es pasar tiempo contigo, no estás, te has esfumado. Perdí, posiblemente, a una de las personas que más me ha importado llegados a esta parte de mi vida.

Habrá mil personas más, a las que llegue a querer, si, habrá más personas en las que confiar y poder sentarme con ellas a hablar de todo y de nada a la vez. Pero no habrá ninguna, créeme cuando digo esto, no habrá ninguna con la que sonría tanto como me has hecho sonreír tú, no habrá ninguna persona, por la que haga todo lo que hice por ti, ninguna por la que tenga ganas de luchar, y ya ni siquiera ganas, si no la necesidad de luchar, de conseguirte, no habrá ninguna persona que me venga a ver a casa cuando nos enfademos, no habrá nadie, que consiga tranquilizarme como lo haces tú, o hacerme rabiar y luego reírte, diciendo que era broma, no creo que haya nadie, que me quite la vergüenza y me haga cantar con él toda la noche. Nunca encontraré a nadie como tú.

Y me da mucha pena, querido, que todo lo que tuvimos, o estuvimos a punto de tener, se esfumara, delante de nosotros, y ni siquiera nos molestáramos en recuperarlo. Me da mucha rabia ya no poder decir que soy feliz cuando estoy contigo, ya no poder ir a verte siempre, ya no reírme como lo hacía antes. Y lo que más rabia me da, es darme cuenta, de que no te importaba tanto como decías, que todas esas veces que no te querías separar de mi eran tonterías. Que nunca me quisiste la mitad de lo que yo te quise. Y aun así, dijiste que me amabas hasta el último momento, aún así me mirabas como sabías que solo tu podías mirarme, aún así me decías todo lo que yo quería oír de tu boca. Ahora solo oigo silencio. Cuanto más te demostré, menos me quisiste.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Carta a nadie.

Hola.

No sabría bien por donde comenzar, porque todo ha cambiado de rumbo últimamente, y se ha hecho un nudo casi imposible de desatar.
Esta carta, la escribo para tener una excusa para poder acordarme de ti un poco, para poder recordar todos esos momentos felices juntos. Para explicar por qué me he ido cuando todo parecía estar bien.

Aquella tarde, no sé si la recordarás, estábamos hablando tranquilamente, dijiste que me amabas, y me quedé en silencio. Lo había escuchado infinitas veces de tu boca, siempre supe que yo te correspondía, pero aquella vez las circunstancias me hicieron un nudo en la garganta y no me permitieron decir palabra. Supongo que es ahí, cuando todo empezó a cambiar. Nunca quise separarme de ti, de verdad, pero había pasado un tiempo, en el que todo estaba mal en el que necesitaba hablar, y tú ya no estabas ahí, ese tiempo en el que discutíamos continuamente e iba corriendo a casa, con la intención de no volver a verte. Y entonces timbrabas a mi puerta, y todo estaba bien, ¿Recuerdas amor mío?.

Nunca debí hacerlo, nunca debí haberme separado de tu lado, ¿Recuerdas, cuando pasábamos horas mirando uno para el otro sin decir palabra?  ¿O cuando iba a ver como jugabas, solo por el hecho de que de un día para otro, ya te echaba de menos ? ¿Recuerdas cuando te reías, solo por que cerraba un ojo cada vez que me hacías reír? ¿ Cuando me decías que tenía una sonrisa preciosa, porque sabías que nunca me gustó mi sonrisa? 


Sabes, aún se me pone la piel de gallina cada vez que escucho nuestra canción. Aunque ya no te ame. Aún sonrío al escuchar tu nombre, aunque ahora solo seamos dos antiguos conocidos. Aún miro las fotos (Esa manía que yo siempre tuve de inmortalizar cada momento? , y también releo todos los mensajes que no me atreví a borrar, aún me acuerdo de todas esas frases tuyas, que solías decir, solo porque sabías que me ponían de los nervios. Oh, y aun me acuerdo de tu risa. 
Supongo que no se me ha olvidado nada, supongo que tú me enseñaste a querer de verdad, a perseguir tus sueños, a luchar, con uñas y dientes por lo que quieres. Contigo aprendí a amar. Pero también aprendí a dejar ir. 


Con esto quiero decirte que te echo en falta, que faltas a mi lado haciéndome reír, que me faltan tus buenas noches, tus bromas continuas. Me faltas todo el tiempo. Pero no quiero que vuelvas, no quiero volver a la rutina de hablar contigo todo el tiempo, no quiero volver a la rutina de hablar siempre de lo mismo. No quiero que vuelvas a estar ausente. No quiero volver a perderte. Así que, por una vez después de tanto tiempo, ya no lucharé por recuperarte una vez más.

Te amé, te amé como no he amado a nadie nunca, y como no crea que pueda volver a amar a nadie.