lunes, 13 de enero de 2014

Una fábrica de sonrisas.

Nunca pensé volver a escribirte-acabó todo tan mal, que no creí que lo leerías- Pero ahora, ya han pasado años. Supongo que te mereces una disculpa, o al menos una explicación.
A demás te he visto hoy, haciendo la compra, donde solíamos ir juntos, pero ahora los dos estábamos solos. No has cambiado nada, corazón, solo pareces más triste, o al menos ausente, pero eso puede que sean paranoias mías.

He de decir, que el tiempo que pasamos juntos fue lo mejor que me había pasado, cuando creí olvidar lo que era el amor, llegaste tu, como un torbellino, desmoronando cada milímetro de mi ser, destruyendo esquemas y rutinas impuestos, desorientándome. Al fin había encontrado algo que creía perdido, corazón.
En poco tiempo te adentraste en mi rutina como cada veintiuno de diciembre todos entramos en el invierno.No te diré que recuerdo cada beso, ni cada abrazo, pero te podría asegurar, que sí que recuerdo la sensación, la fantástica sensación que se adentraba en mi cuerpo cuando te besaba, ¡Cómo olvidarla!. Amor, creía de verdad que sería una buena idea, que compartir mis horas contigo me haría feliz, y así fue los primeros meses, pero a pesar de tantas horas juntos, cada día tenía la sensación de perder lo que creía encontrado, el deseo, la atracción, el cariño, el amor, todo eso lo teníamos parecía esfumarse más y más cada segundo. No te grite un ''Ven!", ni siquiera te lo susurré, porque la verdad, ya me había quedado afónico de todas esas veces que lo dije, y te fuiste.
Siempre me han dicho que lucho por lo que quiero, que no me doy por vencido, tú me lo decías mucho, y te habrás preguntado muchas veces, corazón, por qué me daría por vencido aquel día, y la verdad es que no creía que volviese a encontrar en ti lo que había visto los tres años anteriores, porque ya se había esfumado, como el humo de tu cigarro que solías fumar cuando creías que ya dormía.

Esa es toda la explicación que puedo darte, pero ¿Sabes? después de tantos años, al verte esta mañana, corazón, todos los recuerdos, los besos, las noches juntos, las bolsas en los ojos por pasar la noche en vela, las bolsas de la compra que subíamos juntos a casa, las peleas, y las reconciliaciones, las malas rachas, y cómo no las buenas, todo volvió a mi mente, corazón, y he de decir, que ha sido agradable pasar tanto tiempo junto a ti.

Te amé. Pero nunca, nunca te olvidé.